- Su nombre proviene del árabe
- El mejor ámbar es chiapaneco
- Tiene varias tonalidades
El ámbar es una de las piedras semipreciosas que más ha logrado captar la atención de muchos que han tenido la oportunidad de tenerla entre sus manos. Hoy hemos recopilado algunas curiosidades sobre esta resina fósil de gran transparencia y brillo en la que el tiempo se ha quedado estático.
Antes que nada, tienes que saber que su nombre proviene del árabe y quiere decir: lo que flota en el mar, ya que esta es una de sus propiedades. Su color generalmente se encuentra entre tonalidades miel oscura, verde y amarillo. Puede ser totalmente transparente o también opaco translúcido y debido a su estado de conservación, algunas piezas llegan a presentar insectos atrapados.
Se sabe que es de origen vegetal y está formado con resina fosilizada de coníferas y algunas angioespermas.
Su proceso de formación inicia cuando el árbol produce resina para protegerse de los insectos o cuando ya fue lastimado por estos. Tras el proceso de exudación, inicia la polimerización de la resina, con lo que se endurece. Si permanece dentro de restos minerales, la resina se fosiliza. En el caso del ámbar, se trata de una resina conservada por millones de años.
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En nuestro país, el ámbar se encuentra principalmente en Chiapas y desde el 2033 México cuenta con denominación de origen para el ámbar chiapaneco.
De acuerdo con datos publicados en la página oficial del Instituto Nacional de Antropología (INAH), el ámbar chiapaneco data de entre 22.5 y 26 millones de años, es decir, al origen del mioceno temprano.
Hoy en día existen cerca de 500 minas de esta piedra orgánica en Chiapas, explotadas principalmente por indígenas tzotziles y zoques, quienes lo conocen como pauch. En la época prehispánica, fueron los zinacantecas, antepasados de los tzotziles, quienes descubrieron los yacimientos del ámbar. Las piedras, entonces, estaban reservadas para las clases más altas y su uso se expandió estuvo presente en las culturas mexica y olmeca.
El ámbar es una resina fósil transparente y brillo, cuyos únicos yacimientos conocidos en Mesoamérica se localizan en las tierras altas del norte y el centro de Chiapas.
Durante el periodo novohispano, esta piedra se incluyó en la cultura religiosa, utilizándose para la elaboración de rosarios y joyería para los santos. Sin embargo, su nueva época dorada empezó en 1992, cuando el arqueólogo danés Frans Blom, escribió sobre la extracción de ámbar a manos de los indígenas, entonces la fama del ámbar chiapaneco se expandió gradualmente a todo el mundo.
Actualmente, Chiapas cuenta con el Museo del Ámbar en San Cristóbal de las Casas. El recinto es acogido por El Ex Concento de la Merced, inmueble que data del siglo XVI. En diciembre del año 2000 el edificio se convirtió en museo y expone cerca de 300 piezas, además de mostrar el proceso de extracción, pulido y talla del ámbar a manos de los indígenas.
Los fósiles de ámbar son de gran relevancia por la calidad de conservación que presentan los organismos preservados en ellos. De alguna manera, podría decirse que están momificados porque todos los procesos de descomposición se detuvieron.
El ámbar de Chiapas no es viejo como el del Báltico, Francia, España o Brasil, que son mucho más quebradizos por su antigüedad, lo que hace al chiapaneco ideal para trabajar en joyería pues además su composición química es bastante estable y no se fragmenta fácilmente, por lo que puede manipularse.
¿Cuánto ámbar queda? No es posible saberlo. Lo cierto es que se extrae desde hace muchos años y cada vez hay más gente dedicada a esa actividad. Posiblemente en Chiapas existan depósitos que aún no afloran de la tierra. Visita Claro Shop.
