• Fenómeno psicológico que nos hace creer poco capaces en lo que hacemos
  • Dudamos de nuestra inteligencia, capacidad y creatividad
  • Se da en personas con ansiedad, depresión, TDA o TDAH

En algunas ocasiones es difícil reconocer los logros personales. Son diferentes las razones que pueden suscitar esto. Ya sea porque no queramos parecer soberbios o porque pensamos que ese triunfo no fue sino un golpe de suerte. Sin embargo, cuando esto se vuelve una constante y dudamos de nuestra capacidad para tener logros, puede que se trate de un trastorno.

De acuerdo con Laura Barrientos Nicolás, de la Facultad de Medicina de la UNAM, los pensamientos que no nos permiten creer en nuestras propias habilidades y capacidades, pese a que la evidencia demuestra nuestra competencia, están relacionados con el síndrome del impostor.

Según la Dra. Barrientos, al menos el 70% de la población mundial ha logrado a presentar este síndrome, y 7 de cada 10 personas son diagnosticadas con este padecimiento. Caracterizado por una creencia irracional acerca de que los logros o triunfos son resultado de la suerte o intervención de terceros, pero jamás se deben al esfuerzo propio.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que causa que una persona crea que no es inteligente, capaz o creativa, pese a que existan evidencias de que es hábil, exitoso y sagaz. De ahí concurre el nombre: sentimos que somos impostores pues estamos fingiendo ser exitosos y capaces cuando en realidad sentimos que no es así.

En su aparición influyen mucho los antecedentes y las circunstancias de una persona. Es muy posible que quien lo padezca ni siquiera sea consciente de lo que le está pasando.

El síndrome se descubrió, según Laura Barrientos, en 1978 en mujeres, y con el tiempo se descubrió que los hombres también son vulnerables a este padecimiento.

El síndrome del impostor tiende a no ser real, sino una creencia irracional que termina saboteando a quien lo padece, pues no le permite tener suficiente confianza en sí mismo, pese a contar con pruebas de que es totalmente capaz de salir adelante en sus proyectos y contar con habilidades para sobresalir.

No importa si tienen trofeos, medallas, reconocimientos, éxito laboral o académico: ellos siempre sentirán que todo eso no lo lograron gracias a ellos. Y esa falta de confianza terminará por controlarlos completamente, lo que afecta sus emociones y desempeño personal.

síndrome del impostor ataca a hombre  -Claro Shop

Suele presentarse en pacientes con ansiedad, depresión, Trastorno de Déficit de Atención o Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. Y puede causar estrés, inseguridad, ansiedad, depresión, tristeza, nerviosismo. Padecimientos que, de no controlarse, pueden causar alteraciones en su modo de vida.

Este síndrome no tiene una causa específica. Se cree que su origen es multifactorial: biológico, psicológico y social. Una fuente confirmada de su aparición, según El Informador, son las comparaciones dentro de la infancia, el tipo de personalidad y la percepción que se tenga del fracaso, el éxito y la competencia.

Según Aida Baida, asesora profesional, el síndrome del impostor tiene repercusiones en la vida escolar y laboral de quienes lo padecen. Son personas que no corren riesgos a pedir un ascenso o a intentar un nuevo reto, pues tienen miedo a no estar a la altura, por lo que trabajan por debajo de su potencial. Suelen postergar tareas, afectar su productividad, o por el contrario, trabajan demasiado duro para justificar que su éxito se debe al trabajo duro y no a su talento.

Lo normal es que esta sensación desaparezca con el tiempo, pero de no ser así, lo mejor es confrontar la situación y buscar ayuda profesional.

¿Quieres conocer más del tema? Te recomendamos estos títulos para que investigues más.

EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR

El “síndrome del impostor” afecta al 70% de la población, causando graves perjuicios a la autoestima. Una brillante carrera profesional, honores académicos, elogios, reconocimiento y, a pesar de todo, la persona que sufre el síndrome del impostor parece incapaz de internacionalizar sus éxitos como méritos propios y vive con un temor constante a ser desenmascarado.

El síndrome del impostor es un fenómeno en auge en nuestra sociedad hipercompetitiva; siete de cada diez personas se han sentido un fraude en alguna ocasión, incluidas figuras mediáticas, altos directivos y brillantes estudiantes.

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El Síndrome De La Impostora

¿Por que en el colegio las chicas creen que no han estudiado lo suficiente y en cambio los chicos piensan que el examen era muy difícil»? ¿Por que en la actualidad, aunque las estadísticas continúen mostrando que ellas sacan mejores notas, sigue faltándoles confianza (cosa que ademas influirá profundamente en su desarrollo profesional)? ¿Por que la mayoría de mujeres sienten que son un fraude en su trabajo y que sus éxitos son solo fruto de la buena suerte?

Esto es lo que se conoce como el síndrome de la impostora: una falta de autoestima que te lleva a dudar constantemente de tu potencial.

Este libro ahonda en las causas psicológicas de este fenómeno, explica como incluso algunas grandes lideres y creadoras —Michelle Obama, Angela Merkel o Margaret Atwood— lo han sufrido y da herramientas para aprender a creer en una misma y ganar la seguridad necesaria para tener una carrera profesional y personal exitosa.

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Cambiar de mentalidad

Cambiar de mentalidad nos muestra como podemos descubrir talentos de los que no eramos conscientes, sin que importe cual es nuestra edad o cuales son nuestros antecedentes. Frecuentemente se nos dice que ‘sigamos nuestras pasiones’, pero en este libro, la Dra. Barbara Oakley nos muestra como podemos ampliarlas. Recurriendo a los últimos conocimientos neurocientíficos.

Barbara nos guía mas allá de las ideas de ‘aptitud’ y ‘capacidad’, que nos aportan una fugaz visión sobre quienes somos ahora, pero que apenas abordan la cuestión de lo que podemos llegar a ser. Incluso características aparentemente negativas como una mala memoria pueden estar asociadas a determinadas ventajas ocultas, como una mayor creatividad.

Poniendo de ejemplo a personas de todo el mundo que han superado sus limitaciones iniciales, la Dra. Oakley nos muestra como podemos transformar lo que percibimos como una debilidad (el síndrome del impostor y el envejecimiento) en fortalezas. Nuestros mayores escollos pueden ser nuestros propios prejuicios, pero con una percepción mental adecuada podemos acceder a nuestro potencial oculto y generar nuevas oportunidades.

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