• Si tienes pasión por las estrellas y planetas, o eres un amante de la astrofotografía, un telescopio astronómico es lo que estás buscando.
  • Si vas a comprar un telescopio, lo primero que debes tener claro es el uso que vas a hacer de él. Después, tienes que considerar su apertura, su distancia focal, su aumento máximo y el tipo de montura con la que cuenta.
  • Haz que el observar todos los astros se vuelva una experiencia única e irrepetible.

¿Nunca has tenido la curiosidad de saber qué hay más allá del cielo estrellado que podemos apreciar casi todas las noches? Pues bien, esta es una de las razones por las cuales, hoy en día, tenemos un magnífico instrumento llamado telescopio. Conocer lo desconocido, descubrir qué hay más allá de nuestras narices y ver cómo es el Universo, son sólo algunas cosas que podemos lograr con uno de estos aparatos.

Ya sea porque quieras ver constelaciones, o alcanzar a distinguir los distintos planetas, tener un buen telescopio hará que disfrutes al máximo este pasatiempo.

LOS ELEMENTOS QUE LO COMPONEN

Todo telescopio tiene una serie de elementos que cuentan con una función específica dentro del instrumento. Para poder manejarlo a la perfección, es indispensable que conozcas al menos los más importantes:

  • Objetivo: Que puede ser una lente o un espejo. Es el elemento a través del cual entra la luz en el telescopio, por lo cual cuanto mayor sea su apertura o diámetro, mayor es la cantidad de luz que es capaz de captar.

  • Buscador: Posee la forma de un pequeño telescopio y permite localizar y fijar el objeto que se está observando.

  • Tubo: Es la parte principal del telescopio y sobre la que se ubican la mayoría de sus elementos.

  • Ocular: Situado en el foco y con la función de ampliar o reducir la imagen ampliada.

  • Montura: Es la parte en la que se une el trípode al tubo y, por tanto, la que sostiene al telescopio.

  • Trípode: Sirve como soporte del telescopio dándole estabilidad.

¿SABES QUIÉN LO INVENTÓ?

La historia del telescopio está ligada a la historia de Galileo Galilei y a la del anhelo del ser humano por entender el universo y por alcanzar las estrellas. Sin embargo, el científico italiano no fue el verdadero inventor de este fantástico instrumento. El artífice de ello fue el no tan conocido óptico holandés Hans Lippershey.

Desde entonces, son muchos los nombres de grandes científicos ligados al desarrollo del telescopio. Algunos tan relevantes como Isaac Newton, Johannes Kepler o Christiaan Huygens. No en vano, si algo ha seguido inalterable a lo largo de todos estos años es la fascinación que produce en el ser humano observar el cielo.

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EL ARTE DE OBSERVAR EL CIELO

Debes saber que al tener un telescopio podrás observar estrellas, cometas, planetas, galaxias y nebulosas. En cualquier caso, el objeto solar más fácil de observar es la Luna, gracias a su tamaño y a su brillo, y a que es el que está más cerca de la Tierra.

El mejor momento para hacerlo es durante las fases crecientes o menguantes. Con la Luna, vas a poder ver sus distintos accidentes geográficos: mares, valles y cráteres, entre otros. En cuanto a los planetas, en general los que mejor vas a poder apreciar son Venus, Marte, Júpiter y Saturno.

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