• Postre ideal para las fiestas de fin de año, ya que es en estas épocas, donde las ráfagas de aire calan hasta los huesos, pero eso no hace perder el ánimo para saborear unos ricos buñuelos acompañados de un buen ponche.
  • Se acompañan con bebidas calientes como café, ponche o atole. Por ser delicioso, este postre se ha ganado un lugar muy especial en las mesas mexicanas. ¿Tú ya lo probaste?
  • Bañados de miel de piloncillo, con aroma a canela y un toque de clavo, son un deleite que todos morimos por comer en estos días.

La Navidad ya está a la vuelta de la esquina y las calles cercanas a los mercados en México comienzan a llenarse de puestos improvisados que venden todo tipo de decoraciones navideñas para el hogar: desde árboles, series de luces, esferas y todo lo necesario para que la gente ponga la representación del nacimiento en Belén.

También, una amplia zona de alimentos se dedica a vender caramelos, pequeñas naranjas o manzanas y diversos tipos de golosinas para llenar la piñata.

Pero lo que definitivamente no puede faltar son los puestos de comida, los cuales ofrecen atole y tamales o ese delicioso ponche con frutas de temporada para que los compradores entren en calor mientras realizan sus compras, y por lo menos hay un puesto que vende los tradicionales buñuelos; esos discos crujientes espolvoreados con azúcar o bañados con un almíbar de piloncillo… ¿verdad que se te antojaron?

UN DULCE POSTRE DE ORIGEN ÁRABE

Por años fue un postre tradicional del norte de África y de España, pero a su llegada a México los buñuelos adoptaron sabores y olores distintos que lo han convertido en un platillo representativo de las fiestas decembrinas.

En muchas partes del país el buñuelo aparece en invierno, particularmente como postre en Navidad. Dependiendo de la región se le puede encontrar espolvoreado con azúcar y canela o acompañado de jaleas de guayaba, tejocote o naranja.

Dicho postre llegó a tierras aztecas tras la conquista de los españoles, aunque la variante fue que en lugar de freírlo con aceite de oliva se hizo con manteca. Este simple cambio lo volvió en una comida altamente demandada, tanto que se le comparaba con los tamales.

De hecho, un caso relevante son las recetas que sor Juana Inés de la Cruz tenía para hacer “puñuelos” (así se les conocía durante el Virreinato) ya que en sus escritos describía que la masa era aplastada con los nudillos del puño de la mano.

La historia de este platillo originalmente se remite a la presencia árabe en España, donde unas “bolitas” de maíz rellenas con queso se freían para después servirlas untadas en miel y diversas clases de semillas.

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EN DIFERENTES ESTADOS DEL PAÍS

Si bien cada región ha adaptado su gama de ingredientes a los buñuelos, el norte tiene su particularidad al presentarlos, pues ahí suelen ser más grandes y tienen tres deliciosas características: los tradicionales con azúcar y canela; también los sirven con cajeta, que son deliciosos; y espolvoreados con azúcar glas y un toque a vainilla.

en Oaxaca, durante la Noche de Rábanos (23 de diciembre) se comen fritos con manteca y servidos en hoja de maíz secas y espolvoreados con azúcar coloreada.

Mientras que en Veracuz, se presentan algunas variantes, pues suelen prepararse con jaiba, piña, arroz o hasta hervidos.

Se sabe que para que un buen buñuelo mexicano sepa increíblemente delicioso, el secreto está en el caramelo: tan solo necesitarás rajas de canela y piloncillo.

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En México, las mercados y panaderías abarrotan sus vitrinas y estantes con gran variedad de formas de buñuelos como el tradicional, que es parecido a una tortilla grande extendida; también se encuentran los de viento y los de bolita. Este pan es común encontrarlo principalmente en temporada navideña, aunque también se suelen preparar en días previos a las festividades de Día de Muertos. Visita Claro Shop #UnaTiendaParaTodos