- Este libro cuenta con prólogo del Dalai Lama
- La separación definitiva del difunto entre los vivos es un momento esencial
- El pueblo tibetano tiene toda una serie de rituales y tradiciones relacionadas con la muerte, más elaboradas que ninguna otra cultura
El Bardo Thodol o Libro Tibetano de los Muertos ha sido reconocido durante siglos como un clásico de la sabiduría budista y del pensamiento religioso. Más recientemente, ha alcanzado gran influencia en el mundo occidental por sus penetraciones psicológicas sobre el proceso de la muerte y del morir, y por lo que puede enseñarnos acerca de nuestras vidas. También ha resultado de ayuda en los procesos de duelo de personas que recientemente han perdido a algún ser querido.
Fue escrito en el siglo VIII d. de C. y su intención es la de preparar al alma para las adversidades y transformaciones del más allá. Su profundo mensaje es que el arte de morir es tan importante como el de vivir. Extraído de las tradiciones espirituales tibetanas, nos muestra los funcionamientos de la mente en sus diversas manifestaciones, aterradoras y tranquilizadoras, iracundas y hermosas, que aparecen más claramente en la conciencia del difunto. Reconociendo dichas manifestaciones podremos alcanzar el estado de iluminación, tanto en esta existencia como en la venidera.
BUDISMO TIBETANO
Para el budismo tibetano, al morir, la conciencia de un individuo entra en el bardo, que tiene una duración de cuarenta y nueve días, antes de renacer en otro estado de reencarnación (humano, divino, demoníaco, animalesco, fantasmal o infernal), de acuerdo al karma poseído.
Cabe mencionar que las persecuciones del budismo en el Tíbet a lo largo del siglo IX, motivaron el ocultamiento del texto, tras una sserie de ceremonias, en cuevas y lugares recónditos. Tras la expulsión de gran número de budistas de la montañosa región tibetana, muchos ejemplares permanecieron escondidos, hasta su recuperación, momento en el que adquirieron el nombre de Termas (derivado del término Gter, es decir, tesoros), mientras que los difusores de sus enseñanzas se llamaron Reveladores del Tesoro.
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EL RITUAL FUNERARIO DEL TÍBET
Los rituales funerarios son la mejor forma de conocer la relación de cada cultura con la muerte. Desde el dolor de la partida de un ser querido, la forma en que se concibe su desaparición hasta el camino que seguirá su alma.
En las montañas del Tíbet, la mejor forma de despedirse de los muertos es el jhator, una práctica que pone de manifiesto su comprensión del mundo y que para la cultura occidental puede resultar tan polémica como desagradable.
Se trata del entierro celestial, un ritual milenario que se realiza en las cordilleras del Himalaya y que tiene como principales protagonistas a la altura y a los animales que habitan en esta región.
El jhator consiste en llevar el cadáver a lo alto de la montaña en un lugar señalado específicamente para ello. Una vez en el lugar, los restos del difunto se diseccionan por un especialista y las distintas partes se dejan expuestas a la naturaleza.
Minutos después las aves comienzan a destazar los restos y devorarlos por decenas, especialmente los buitres, carroñeros con un sistema digestivo desarrollado para alimentarse de carne en estado de descomposición.
Según las creencias del budismo tibetano, el fin de la vida no tiene como destino el cielo o el infierno, sino la reencarnación, de modo que los restos materiales del muerto no poseen valor y, por lo tanto, permitir que regresen a la naturaleza en forma de alimento para aves e insectos contribuye a mantener el ciclo de la vida.
El Libro Tibetano De Los Muertos
LIBRO TIBETANO DE LOS MUERTOS, EL (LIEBRE)
El libro tibetano de los muertos
EL LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y LA MUERTE
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